Un esqueleto de 750 años ha revelado definitivamente el brutal asesinato de Béla, duque de Macsó, un noble húngaro. El análisis forense confirma que fue apuñalado más de veinte veces por al menos tres agresores que empuñaban un sable y una espada larga. Los hallazgos, publicados en Forensic Science International: Genetics, arrojan nueva luz sobre un misterio de asesinato medieval que ha persistido durante siglos.
Los restos perdidos hace mucho tiempo y la confusión inicial
El esqueleto fue descubierto por primera vez en 1915 durante una excavación arqueológica en un monasterio del siglo XIII en la Isla Margarita, cerca de Budapest. Los registros históricos sugirieron que los restos pertenecían a Béla, nieto del rey Béla IV, quien fue asesinado en 1272. Sin embargo, los huesos desaparecieron durante la Segunda Guerra Mundial y fueron redescubiertos en un museo en 2018. La datación inicial por radiocarbono creó confusión: los resultados indicaron que los restos eran anteriores al nacimiento de Béla.
Resolviendo la anomalía de las citas
Los investigadores abordaron la cuestión de las citas considerando la probable dieta de Béla. La nobleza medieval a menudo consumía grandes cantidades de mariscos, lo que puede distorsionar los resultados del radiocarbono debido al “efecto reservorio”. Los animales acuáticos acumulan carbono antiguo, lo que hace que sus tejidos (y los huesos de quienes los consumen) parezcan más viejos de lo que son. El ajuste a esta dieta marina alineó la datación con la esperanza de vida conocida de Béla.
Confirmación genética
El análisis de ADN solidificó aún más la identificación. La comparación del ADN del esqueleto con el de los parientes conocidos de Béla (el rey Béla III y Ladislao I) confirmó que los restos pertenecían al duque de Macsó.
Una reconstrucción espantosa del ataque
El análisis forense reveló un asesinato violento y coordinado. Béla sufrió heridas defensivas en brazos y manos, lo que sugiere que estaba desarmado y lo tomaron desprevenido. La profundidad de los cortes indica que no llevaba armadura. El ataque probablemente comenzó desde el frente, con los golpes iniciales dirigidos a su cabeza y parte superior del cuerpo. Al menos dos asaltantes estuvieron involucrados: uno empuñando un sable y otro una espada larga.
La secuencia de lesiones sugiere que Béla se tambaleó por los primeros golpes, recibió un golpe lateral y cayó, probablemente golpeándose la cabeza. Intentó defenderse, pero finalmente quedó paralizado por una puñalada en la espalda y rematado con más golpes en la cabeza.
La firma forense de la exageración
El gran número de heridos superó lo necesario para matar a Béla, un fenómeno conocido como “exageración” en contextos forenses. Esto sugiere que el ataque fue impulsado por una intensa hostilidad.
Contexto histórico: luchas de poder y traición
Los relatos históricos señalan a Henrik Kőszegi, antiguo amigo y mentor de Béla, como el probable orquestador del asesinato. Su relación se deterioró después de una batalla perdida, y Béla, como potencial aspirante al trono, fue percibido como una amenaza por las facciones nobles rivales. El asesinato parece haber tenido motivaciones políticas y profundamente personales.
Validación de expertos
La científica forense Eleanor Graham, ajena al estudio, confirmó la identificación y la validez de los hallazgos, reconociendo incluso la discrepancia inicial en la datación por radiocarbono. La naturaleza brutal de las heridas se alinea con los relatos históricos de la muerte del duque.
La reconstrucción forense del asesinato de Béla ofrece una visión escalofriante de las violentas luchas por el poder en la Hungría medieval, subrayando la crueldad con la que se eliminaba a los rivales políticos.







































