El sueño de la paternidad lleva a muchas personas a tomar caminos poco convencionales. Un número cada vez mayor está recurriendo a grupos de donantes de esperma en línea no regulados como alternativa a procedimientos costosos y a menudo largos en clínicas de fertilidad reguladas por la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA). Grupos como “Sperm Donors UK”, “Start a Family Here” y el sorprendentemente llamado “Get Your BABYDUST Here!” están prosperando en Facebook, prometiendo una forma sencilla de lograr un embarazo, sin costos elevados ni obstáculos burocráticos.
Este comercio de esperma en línea opera en una zona legal gris. Si bien en el Reino Unido se permite la compensación a los donantes para cubrir gastos legítimos, el beneficio directo de la venta de esperma es ilegal. Esta laguna jurídica atrae tanto a personas desesperadas como a quienes buscan ganancias financieras rápidas, lo que genera un panorama turbio y plagado de riesgos.
De la preocupación por los costos al control del deseo:
El atractivo de estos grupos no regulados surge principalmente de dos factores: costo y control. Las clínicas reguladas por HFEA pueden volverse prohibitivamente costosas rápidamente, alcanzando a menudo decenas de miles de libras por ciclo, especialmente si se necesitan múltiples intentos. Los retrasos y la escasez de donantes que coincidan con orígenes religiosos o étnicos específicos alimentan aún más la búsqueda de opciones más fácilmente disponibles.
Sin embargo, el entorno en línea no regulado ofrece una falsa sensación de control. Si bien puede parecer enriquecedor elegir un donante directamente de los perfiles de las redes sociales, esto carece de los procesos cruciales de selección y verificación que emplean las clínicas reguladas. Estas salvaguardias, que incluyen controles de salud, pruebas genéticas y evaluaciones psicológicas, no existen en los grupos en línea, lo que pone en grave riesgo tanto a los donantes como a los receptores.
El lado oscuro de la comodidad:
La facilidad de conexión en estos grupos va acompañada de un escalofriante desprecio por la seguridad y el bienestar.
Numerosas publicaciones revelan experiencias inquietantes de mujeres que se sienten explotadas o incluso amenazadas:
- Una pareja de lesbianas fue presionada a tener un encuentro sexual con el donante elegido como condición para la inseminación.
- Otros relatan cómo los hombres explotan la desesperación de las madres potenciales, presionándolas para que eviten la inseminación artificial (IA) en favor de la “inseminación natural” (refiriéndose eufemísticamente al sexo sin protección) a pesar de que esto es científicamente innecesario y potencialmente peligroso.
Estas situaciones resaltan el desequilibrio de poder inherente a este sistema no regulado. Las mujeres, a menudo impulsadas por un profundo anhelo de ser madres, son objetivos vulnerables.
Un legado de incógnitas:
Más allá de los riesgos inmediatos como las infecciones de transmisión sexual o la coerción, existe la cuestión más amplia e inquietante de las consecuencias ocultas. Estas transacciones en línea crean niños con antecedentes genéticos desconocidos y potencial de complicaciones futuras.
Algunos hombres se jactan de ser padres de numerosos hijos biológicos en todos los continentes, creando una red enmarañada de individuos relacionados sin saberlo. Esta falta de transparencia deja a las generaciones futuras lidiando con complejas cuestiones éticas sobre la identidad y el parentesco.
“Máquinas expendedoras de esperma”: Explotando el sueño:
La facilidad del anonimato en estos grupos genera insensibilidad y falta de respeto hacia los propios donantes. Un ejemplo escalofriante es el flujo constante de vitriolo lanzado contra los hombres que deciden anunciar sus servicios en línea, independientemente de su apariencia o motivaciones. Se los reduce a meras “máquinas expendedoras de esperma”, de las que se espera que cumplan una función biológica sin tener en cuenta sus sentimientos o preocupaciones.
La historia de Daniel Bayen, un joven influencer alemán que se promociona a sí mismo como un prolífico donante de esperma, personifica el atractivo y los peligros de este comercio digital de esperma. Bayen utiliza las redes sociales para conectarse con las mujeres, alardeando de su enfoque abierto hacia la paternidad y destacando su propia concepción a través de esperma de un donante. Mantiene contacto con algunas familias, incluso utilizando un “registro de hermanos” casero para rastrear a los hijos que ha engendrado. Esta casualidad que rodea a la donación generalizada plantea serias cuestiones éticas sobre el consentimiento informado, posibles conflictos futuros y los impactos psicológicos a largo plazo en todos los involucrados.
El mundo en línea no regulado de la donación de esperma expone la vulnerabilidad de quienes buscan la paternidad. Si bien las plataformas de redes sociales se esfuerzan por contener el daño dentro de sus vastos ecosistemas, está claro que Facebook, como una valla porosa, no es una barrera adecuada contra estos complejos desafíos éticos.
Este modelo del “salvaje oeste” promete soluciones rápidas y fáciles, pero ofrece un peligroso cóctel de explotación, incertidumbre y posibles pesadillas legales. Es un duro recordatorio de que la búsqueda de una familia, por muy profunda que sea, nunca debe realizarse a costa del respeto fundamental de la dignidad y el bienestar humanos.
