La FDA revierte el rumbo sobre las pruebas de asbesto en cosméticos

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La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se dispone a retirar una norma propuesta que exige pruebas obligatorias de asbesto para los cosméticos a base de talco, a pesar de los vínculos establecidos entre la exposición al asbesto y el cáncer. Esta decisión revierte un esfuerzo reciente para fortalecer los estándares de seguridad y ha generado críticas de defensores de la salud.

El problema: el amianto en los productos cotidianos

El talco, un mineral comúnmente utilizado en cosméticos, alimentos, medicamentos y artículos de cuidado personal, puede estar contaminado con asbesto, un conocido carcinógeno humano. No existe un nivel seguro de exposición al asbesto y más de 50 países han prohibido su uso. A pesar de esto, las empresas de cosméticos han sido conscientes de la posible contaminación por amianto en los productos de talco desde la década de 1950, pero las alertas públicas se retrasaron hasta la década de 1970. Históricamente, la industria se ha resistido a requisitos de prueba más estrictos, argumentando que los métodos actuales son suficientes, aunque no detectan todas las fibras de asbesto.

Por qué esto es importante

La revocación de la FDA se produce en medio de la presión de las compañías farmacéuticas, que expresaron su preocupación por las “consecuencias no deseadas” de las pruebas rigurosas. Esto demuestra cómo los intereses corporativos pueden influir en las decisiones regulatorias, incluso cuando la salud pública está en juego. La medida es particularmente preocupante dado el impacto desproporcionado en ciertas comunidades: Las mujeres negras históricamente fueron grandes usuarias de talco para bebés a base de talco, lo que se ha relacionado con miles de demandas contra Johnson & Johnson.

La historia de la regulación

Los esfuerzos para regular el amianto han estado estancados durante décadas. Los tribunales revocaron una prohibición de la EPA de 1989 y los intentos posteriores fracasaron. La reciente retirada de la FDA continúa este patrón, destacando los desafíos de equilibrar las preocupaciones de la industria con la salud pública. Johnson & Johnson suspendió las ventas en EE. UU. de talco para bebés a base de talco en 2020 después de enfrentar casi 38.000 demandas y pagar miles de millones en acuerdos; sin embargo, las batallas legales continúan y más de 3.000 mujeres en el Reino Unido actualmente presentan un caso contra la empresa.

La reversión actual

La FDA afirmó que está “reconsiderando los mejores medios” para abordar la exposición al asbesto, pero los defensores de la salud argumentan que las pruebas obligatorias son una solución sencilla. Scott Faber, del Grupo de Trabajo Ambiental, afirmó que esta reversión es “difícil de entender”, ya que elimina una simple medida de seguridad. La decisión parece alinearse con las prioridades del movimiento “Make America Healthy Again” (Maha), liderado por el secretario de Salud, Robert F Kennedy Jr., a pesar de la contradicción de debilitar las salvaguardias contra un carcinógeno conocido.

La medida de la FDA subraya la lucha actual para regular las sustancias peligrosas en los productos de consumo. La decisión de la agencia prioriza la conveniencia corporativa sobre la salud pública, asegurando que el asbesto tóxico permanecerá en los cosméticos a pesar de sus peligros comprobados.